miércoles, julio 26, 2006

Peta

Lisboa Terra

Avenida Reforma: Sabotaje desde el corazon del PRI

Dentro del PRI, hay una corriente de opinión que coincide con Andrés Manuel López Obrador en que la elección del 2 de julio estuvo marcada por el fraude. Piensan que en efecto, ese gobierno federal del tan vituperado Vicente Fox, al final resultó ser muy sofisticado y les ganó la elección con imaginación y dinero. Afirman que hicieron lo que el PRI hacía antaño, mapeando al país, analizando en dónde no habría representantes de otros partidos para apoderarse de las casillas y colocar en sus urnas los famosos "tacos", o comprando de plano a los representantes de otros partidos para hacer lo mismo. En suma, que les aplicaron lo que ellos hacían en el pasado, aprovechándose de un marco legal diseñado por los abogados del viejo régimen para hacer sumamente tortuoso, para el PAN o el PRD, poder llegar a demostrar la ilegalidad de un proceso.

Hasta este momento, ni el PRI ni el PRD han podido demostrar que el cúmulo de irregularidades en la elección sea tan grande que habría motivos legales para anular la elección. Hay indicios, pero en porcentajes menores. Hay sospechas, magnificadas por la retórica política y los medios. Hay numerosas verosimilitudes, pero escasas verdades. Hay mucho dolor en los que se sienten perdedores -los priístas-, estrategia entre quienes piensan pueden ir por ese camino -los perredistas-, y un inexplicable triunfalismo entre los que se sienten ganadores -los panistas-, que en su conjunto lo único que hacen es polarizar aún más a segmentos de la sociedad con las reflexiones cruzadas y las conclusiones confusas.

Un caso documentado de este desequilibrio analítico lo aporta la diputada priísta Martha Palafox, candidata al Senado por Tlaxcala y quien, a petición de la campaña de Roberto Madrazo, realizó un estudio pormenorizado de las actas de la elección para la Cámara Alta. Para ella no hay duda. Después de encontrar 317 actas con inconsistencias numéricas "considerables", en particular en cuanto a boletas recibidas y votos emitidos, dos hipótesis cobran enorme sentido: probablemente hubo actas apócrifas y las verdaderas no se exhibieron, y hubo una enorme cantidad de boletas en poder del PAN y del PRD que les permitió "el relleno de urnas, con la complacencia de los responsables de las casillas del PRI".

En Tlaxcala, el PRI perdió todo. La Presidencial, donde López Obrador ganó con 43.96% de la votación; la del Senado, donde el PRD se elevó con la victoria gracias a 39.35% de la votación; y para la Cámara de Diputados, donde el PAN apenas le sacó una ventaja de 1.28% al PRD. En las competencias legislativas, PRD y PAN casi duplicaron los votos del PRI, y en la Presidencial, López Obrador casi triplicó el total de sufragios para Madrazo. Aunque en el análisis de la diputada Palafox hubo "serias irregularidades" en 25.2% de las casillas, la diferencia de votos del PRI frente a sus adversarios hacen casi imposible que aún si se impugnaran con toda la documentación legal -lo que no hicieron-, se diera vuelta al resultado. De alguna manera, la representante priísta lo admite al afirmar que lo que experimentaron fue "la confabulación de todos en una especie de conjura a nivel nacional en contra de Roberto Madrazo y de los candidatos al Senado y diputados federales del PRI en Tlaxcala".

En la minuta a la campaña de Madrazo, la diputada Palafox explicó la dinámica que siguieron el partido y varios actores políticos en Tlaxcala, que apoya su hipótesis de "la confabulación de todos".

Primero se refirió a "la total descoordinación" en las tareas del PRI, donde el plan de campaña del Consejo Directivo Estatal (CDE) del partido "no contó con un diagnóstico claro y certero que permitiera el diseño estratégico de ´rutas críticas´ donde la votación tradicionalmente nos ha favorecido". Aseguró que nunca supieron quiénes los iban a representar en las casillas, pese a que se solicitó reiteradamente al PRI.

Después insistió que al no permitirles el CDE contar con las actas en forma oportuna, no pudieron impugnar la votación en tiempo y forma. Para añadir a la conjura mediante "tácticas dilatorias", como las describe, no sólo el delegado del PRI en el estado, Gonzalo Rodríguez Anaya, se desapareció de la entidad desde el mismo 2 de julio, sino que integrantes del CDE, como Joel Molina Ramírez, "ya pasaron a formar parte de la nómina del gobernador, éste como asesor". El gobernador es Héctor Ortiz, un ex priísta muy cercano a Beatriz Paredes, ex gobernadora de Tlaxcala y candidata del PRI al gobierno del Distrito Federal, que obtuvo el Ejecutivo estatal compitiendo por el PAN.

El factor Paredes volvió a resurgir en Tlaxcala. En la minuta, la diputada Palafox dijo que constataron "un comportamiento raro" de los presidentes municipales priístas de Santa Ana Chiautempan, Linda Marina Munive Temoltzín, Huamantla, Eduardo Bretón Escamilla, y Tlaxcala, Benito Hernández Hernández, aunque no precisó a qué se refería. No así en el señalamiento de Víctor Estrada Guevara, coordinador del grupo de apoyo de Paredes en su campaña en el DF, y quien desde una semana antes de la elección, ayudado por diputados y presidentes municipales cuando ella fue gobernadora, "trabajaron a favor del PAN".

La "confabulación" descrita no quedó ahí. Si la falta de información a los candidatos del PRI en materia de representantes de casilla y generales fue importante, la ausencia de estructura de movilización y recursos fue crítica. En este capítulo, la diputada Palafox señaló que el "padrino" de Tlaxcala que iba a ser el gobernador de Sonora Eduardo Bours, simplemente estuvo desaparecido. Para esta elección, los gobernadores priístas con mayores recursos tuvieron asignados estados donde gobernaba otro partido, como sucedió con Bours, quien a decir de la legisladora, su enlace para el estado, con el nativo de la entidad, el senador Mariano González, nunca estableció correspondencia. Inclusive, "sólo" hasta un día antes de la elección llegó la ayuda a los municipios: 300 pesos a cada uno.

La crónica electoral que es la minuta de la diputada Palafox, permite recrear la debacle de Madrazo y del PRI, como un botón de muestra que se repitió en varias entidades. La maquinaria electoral se desbieló, y el responsable, César Augusto Santiago, fue engañado o engañó. Para el caso es lo mismo. Su fracaso fue el de Madrazo y el PRI, y la historia de lo que les sucedió el 2 de julio puede ser visto a través de la microhistoria en Tlaxcala, una entidad donde, si uno sacude la amargura de la diputada Palafox en su narración, muestra no el ejemplo de un gran fraude electoral, sino la maquinación de la traición muy eficiente que los hundió, con sabotajes desde el interior del partido que aprovecharon que en los altos mandos de la campaña tampoco quisieron aceptar, a lo largo de los meses que, parafraseando a Hamlet, algo podrido había en Insurgentes.

jueves, julio 13, 2006

Cali Rezo - Chinoise et soie


Secuelas de Información

El conflicto poselectoral y el anuncio de la coalición Por el Bien de Todos, que postuló a Andrés Manuel López Obrador , de llevar el caso de las elecciones presidenciales a la Suprema Corte de Justicia de la Nación terminaron con las vacaciones de dos ministros. Ya le habíamos dicho que Olga Sánchez Cordero permanecería en el máximo tribunal en el receso de labores, que termina el 31 de julio. Pero hubo un movimiento de última hora que obligó a Sergio Aguirre Anguiano a cancelar sus boletos de avión.

Los dos ministros estarán al frente de la Comisión de Receso del máximo tribunal para la recepción de los documentos del equipo de abogados del tabasqueño, que quiere un pronunciamiento del máximo tribunal sobre la apertura de los paquetes electorales.

La decisión de que el ministro Aguirre Anguiano se quede de guardia ha puesto inquietos a algunos políticos, que lo señalan de tener un pasado panista. No falta quien recuerde todo el escándalo que se generó y la ola de descalificaciones que recibió la Corte cuando en el periodo de receso de diciembre de 2004 Aguirre, junto con el ministro José de Jesús Gudiño, otorgó al presidente Vicente Fox una suspensión para detener parte del presupuesto aprobado por los diputados del PRI y del PRD para el 2005.


La matiné que proyecta todos los días el perredista Andrés Manuel López Obrador ha provocado desconcierto y preocupación entre algunos integrantes del equipo del tabasqueño. ¿Por qué razón?, se preguntará usted. Por la falta de sustento y las inconsistencias en algunas de las proyecciones y conclusiones sobre irregularidades generalizadas en los comicios presidenciales del 2 de julio. Uno de ellos, Manuel Camacho Solís , ya hizo algunas acotaciones en público. Hacia adentro del PRD también ha causado estragos la declaración del tabasqueño de que algunos representantes del partido en las casillas fueron "comprados" por sus adversarios.


Aquí le contamos hace algunas semanas del reparto masivo en la ciudad de México del DVD ¿Quién es el señor López? , del director Luis Mandoki . El disco era deslizado por debajo de las puertas de colonias del DF, principalmente en aquellas donde el PAN tiene alguna presencia. Bueno, ahora se registra la entrega, con el mismo método, del discurso de don Andrés Manuel pronunciado el sábado en el zócalo capitalino. Nadie sabe, por cierto, de dónde salen los recursos económicos para tales empresas.


El mandamás del grupo parlamentario del PRI en San Lázaro, Emilio Chuayffet Chemor , convocó ayer a sus más cercanos colaboradores para analizar a puerta cerrada la derrota electoral de su partido en los comicios del 2 de julio. El tema sirvió de pretexto para que el mexiquense se destapara como candidato para la presidencia del Revolucionario Institucional. ¿Por qué no, si todos tienen derecho?

Eso sí, informó a los diputados que esperará los tiempos para anunciar en público sus aspiraciones: todo en tiempo y forma y con aviso de por medio. "Primero que se califique la elección presidencial y luego hablamos". Lo que sí, algunos de los mandones de la diputación, entre ellos los coordinadores estatales y de sector, le mostraron su apoyo para sustituir a Mariano Palacios Alcocer.


Mucho ruido hicieron algunos partidos políticos con las supuestas filtraciones de algunas partes sustanciales del padrón electoral, durante la campaña. Pero hay un dato que resulta aterrador para las autoridades dedicadas al combate al crimen organizado. Según informes oficiales, durante un cateo realizado a un domicilio de un poderoso cártel de la droga, ubicado en el norte del país, agentes de la AFI encontraron una copia del padrón.

Por supuesto, los encargados de la seguridad nacional no le dieron ninguna lectura político-electoral al hallazgo. En todo caso, están más preocupados por el hecho de que algunos jefes de las mafias tengan en su poder datos sensibles de los funcionarios de gobierno, principalmente de quienes están dedicados a luchar contra tráfico de drogas.

domingo, julio 09, 2006

Forza Italia

Campioni del mondo 2006

Movska International Auto Show




¿Y ahora, señor Presidente?

Cuauhtémoc Cárdenas nos dijo: "No habrá problemas después de la jornada electoral. Es un avance muy grande en relación con 1988". De acuerdo, pero nuestro futuro presidente haría bien en escuchar lo que en Enrique V , Shakespeare le hace decir al soldado galés que afirma que obedecerá al rey "mientras esté usted honesto". Enrique V contesta: "¡Que Dios me guarde honesto!", y él mismo reflexiona: "¿Qué tiene de más el rey que un hombre? El ceremonial y nada más". El dramaturgo inglés es un gran maestro en ciencias políticas, tanto si no es que más que Maquiavelo; para él todos los reyes, todos los presidentes, los jefes de gobierno, diría hoy, son inferiores a su tarea, por la sencilla razón de que ella rebasa toda fuerza humana. La política es la consideración de humanos indistintos, como cantidades estadísticas, porque forman masas, especialmente a la hora del voto.

A la hora de las campañas electorales, la política se limita a tomar en cuenta nuestros instintos, de nosotros las masas, para complacerlos, canalizarlos, controlarlos. Tanto Shakespeare, como Maquiavelo, como Max Weber nos han enseñado que es imposible hacer política y considerar a los demás como sus "semejantes" o su "prójimo"; el político nos considera como un material que tiene que trabajar, una argamasa, un cemento, unas tablas. Nos quiere ganar, convertir a su opinión, agarrándonos por sorpresa, lisonjeándonos, despertando nuestras pasiones, odios, recuerdos, para no dejarnos el tiempo de analizar racionalmente.

Todo eso lo acabamos de vivir durante largos meses, durante años de una permanente, interminable, agotadora campaña electoral. Tanto la campaña como el voto movilizaron la credulidad, el miedo, la ignorancia, la falta de reflexión, las impresiones, la imitación, el contagio, o sea, nuestras partes más sensibles. Ahora que nos dimos un rey (y poco importa cuál), nos toca despertar la crítica, la reflexión, el valor, la originalidad en el pensamiento. El nuevo gobierno, por su parte, tendrá también que despertar esas cualidades y sumarles la moderación. No tardará en descubrir que cuando no estaba en el poder, cuando atacaba al gobierno anterior, se estaba atacando a sí mismo. "Quien ataca al rey, ataca a la ley y quien ataca a la ley ataca al rey", solían decir antes de la Revolución Francesa; en democracia, cada partido fuera del poder ataca su propio y futuro poder.

Maquiavelo, en el capítulo XVII de El Príncipe expresó un juicio terrible sobre todos nosotros: "Se puede decir generalmente de todos los hombres que son ingratos, cambiantes, disimulados, enemigos del peligro, ávidos de ganar; mientras les haces bien, son todo tuyo, te ofrecen su sangre, sus bienes, su vida y sus hijos, siempre y cuando la necesidad esté lejana; pero cuando se acerca, se escabullen. Los hombres dudan menos en hacerle daño a un hombre que se hace querer que al que se hace temer. Olvidan la muerte de su padre antes que la pérdida de su patrimonio". Y en su poema incompleto "El burro de oro", llega a decir que "un puerco no atormenta a otro puerco, un ciervo deja al ciervo en paz; tan sólo el hombre a otro hombre masacra, crucifica, despoja". El gran florentino llevó al extremo la reflexión pesimista sobre el "animal político" que somos y sobre esa constatación armó su teoría del Estado y su práctica política.

Tal pesimismo ultralúcido es una bebida muy fuerte que puede emborrachar, pero administrada con moderación nos permitirá enfrentar los retos que se presentan después de la manifestación de la voluntad del pueblo soberano. Pasamos por una etapa de desencanto, después de las esperanzas del año 2000, desencanto mezclado de miedo para algunos, de espera indefinida para otros, de esperanza personalizada para los últimos. Esa mezcla de sentimientos contradictorios correspondía a la decadencia de un régimen, mejor dicho de los hombres que tenían el poder antes de 2000 y que lo siguieron conservando en muchas esferas del gobierno foxista: Hacienda, el Banco de México y la PGR en manos de hombres del antiguo régimen, ¡todo un símbolo de continuismo! Le toca al nuevo presidente, a "nuestro" presidente (que hayamos votado por él o no, es nuestro) poner punto final al dominio de esa casta cuyo lento declive y desgaste ha suscitado una angustia colectiva, agravada por el sentimiento general de inseguridad.

Un pesimismo al estilo Maquiavelo nos llevará a devolverle toda su importancia a la política. Últimamente se nota algo como una hostilidad, un desprecio, hasta un odio por la política, cuando es la actividad que puede organizar la sociedad; quizá por tanta decepción, a la medida de esperanzas exageradas; un cambio de gobierno no significa que el nuevo presidente tenga una varita mágica, Vicente Fox nos lo demostró.

Como Lenin en ¿Qué hacer?, me gustaría decir que "hay una lógica de la política" y por lo tanto una lógica del poder indiferente a la revolución o a la reacción. Cuando los revolucionarios llegan al poder, tienen que obedecer a esa lógica, si no quieren perderlo. El poder es necesario, pero expuesto al doble peligro de la debilidad (Fox) y de la desmesura. Por eso el verdadero problema consiste en encontrar un justo medio, una democracia que sea una "mesocracia", es decir, un poder templado, ejercitado con moderación para bien de la comunidad y no de un grupo o de un hombre. La mesocracia acepta la existencia de la oposición, la legitimidad de los poderes intermedios y de los contrapoderes (Congreso, Justicia), en el sentido de Montesquieu, cuando decía que el poder debe parar al poder. Señor Presidente, por favor, sea usted "mesocrático" para lograr la seguridad y la concordia; negocie los compromisos necesarios, sin renunciar a su compromiso político.

El consenso negociado no significa ausencia de convicción ni de firmeza, puesto que se necesita mucha voluntad para admitir que el otro no está en el error cuando uno piensa tener la razón. Si no, nos encontraríamos en una situación de lucha a muerte entre amigos y enemigos, buenos y malos que hay que combatir y hasta exterminar

sábado, julio 08, 2006

Carrera en Rosa


La Fuerza deñ poder

Solo, difícilmente hubiera ganado Felipe Calderón, a quien Fox y su gobierno le dieron un empujón definitivo

"De ninguna manera -había advertido el presidente Vicente Fox a un grupo de empresarios- entregaremos el poder". Y en seis meses hizo el gobierno lo que no desarrolló durante cinco años: ejercer el poder para mantenerlo. Al final, con la victoria de Felipe Calderón en la elección presidencial, con lo que el PAN se mantendrá en el poder otros seis años más, se confirmó la hipótesis: la Presidencia, bajo Fox, modificó su cara, pero no su cuerpo. Por eso, los recursos de una Presidencia institucionalmente autoritaria puestos al servicio de su candidato, probaron que hoy, como antes, siguen vigentes.

El viejo régimen disfrazado de cambio funcionó como maquinaria de reloj. Al temido Andrés Manuel López Obrador lo vistieron con la imagen del miedo, y no hay mayor temor que sentir temor. A Roberto Madrazo Pintado le colocaron minas de profundidad en su propio partido y le enderezaron una campaña de desprestigio y conflicto. Con el primero, la táctica ayudó a desmotivar el apoyo ciudadano que había conseguido López Obrador de forma gratuita cuando el gobierno trató de llevarlo a la cárcel; al segundo le fueron estallando conflictos en el corazón de sus maquinarias de movilización electoral para distraerlas y neutralizarlas.

Internamente, el presidente Fox lanzó la más abierta campaña proselitista a favor del candidato oficial, y mantuvo la política social al servicio de Calderón, quien para reforzar la estrategia incorporó como coordinadora de su campaña a Josefina Vázquez Mota, que saltó directamente de la Secretaría de Desarrollo Social. Pero Vázquez Mota no se fue sola. Con ella abordó el barco calderonista Rodolfo Guzmán, quien acabó su gestión bajo la titularidad de Vázquez Mota como asesor en el programa Oportunidades, cuyo padrón, tomado indebidamente del gobierno federal, puso a disposición de la campaña triunfadora. Aprendieron bien del ex presidente Carlos Salinas, receta seguida por López Obrador cuando fue jefe de Gobierno del Distrito Federal: la política social sí compra votos.

Pero no eran suficientes. En las últimas semanas, varios miembros del gabinete foxista se fueron de pesca por el país en busca de votos estratégicos. Diferentes secretarios de Estado ofrecieron respaldos y recursos financieros a cada gobernador priísta a cambio de abandonar a Roberto Madrazo. Si bien Vicente Fox veía en López Obrador un enemigo letal por el resto de su vida, a Madrazo lo consideraba un tipo tramposo y mentiroso que lo había embarcado con una reforma fiscal que, después de comprometerse a sacar en el Congreso, lo traicionó. Había que liquidar a los dos. Al primero le aplicaron el antídoto de la política social y una campaña electoral negativa para subrayar que lo que seguramente concretaría, en caso de ganar, sería endeudamiento y nuevas crisis, y al segundo le fueron mutilando apoyos.

Madrazo contaba con 16 de los 17 gobernadores priístas para remontar la desventaja en las preferencias de voto y poner a funcionar la maquinaria del partido que lo llevaría, si funcionaba de acuerdo con lo previsto, al triunfo. Los gobernadores le ofrecieron su respaldo y denunciaron las maniobras del gabinete foxista, pero al final de cuentas, ese apoyo político no terminó de materializarse. En Jalisco, donde le habían encargado al gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, la operación política, hubo uno de los más grandes naufragios. El PRI esperaba una victoria en la gubernatura, para quitarle votos a Calderón en la presidencial, pero el torpedeo contra el candidato priísta al gobierno, Arturo Zamora, por su presunta vinculación al narcotráfico, terminó con él. Todavía este lunes, en los estados de México, Coahuila y Morelos, los priístas reportaron que dirigentes panistas trataron de comprar las voluntades de líderes locales del partido.

La victoria de Calderón, pese a todo, no fue fácil. La decepción de Fox impactó indiscutiblemente en Calderón, cuyo respaldo estimado en las urnas este domingo se calcula que será de aproximadamente 10 a 12% menos que el que tuvo el actual Presidente. Calderón, sin embargo, tampoco quiso romper con el Presidente ni hacer un deslinde por los escándalos de su familia. Fox y Calderón fueron aliados tácticos, pero nunca amigos. De hecho, el candidato ganador no era parte del neopanismo que se apoderó del partido desde hace casi una década, y mucho menos el candidato que hubiera deseado Los Pinos. Contendió contra el favorito de Fox, Santiago Creel, y lo derrotó. Arrancó su precampaña con un deficiente conocimiento de su figura en el país y luego su estrategia se hundió al grado que ya en la contienda tuvo que rectificar y apostar por una campaña de contraste, que es eufemismo de la campaña negativa que lanzaron sistemáticamente contra el perredista.

La estrategia le funcionó, pero no contaba con que el foxismo le daría otro golpe, cuyos efectos se sintieron este domingo y en las largas semanas de la campaña. Los acuerdos políticos que había alcanzado Calderón en la selección de candidatos a diputados y senadores, fueron desconocidos por el PAN, con cuyo dirigente nacional, Manuel Espino, nunca enganchó una estrategia de campaña, pero sí, en cambio, mantuvo una relación de permanentes escaramuzas. El rechazo del PAN por su candidato se reflejó en que la próxima Legislatura panista, que será la primera minoría, no tendrá su sello, sino el de Creel, quien obtuvo más prebendas que él, pese a haber perdido la nominación presidencial. Calderón aguantó todo, porque también es cierto que no tenía nada más que al gobierno federal y al PAN para tratar de llegar a la Presidencia.

En esa condición de debilidad y vulnerabilidad llegó a la jornada electoral, incierta para su equipo que veía que en la semana previa se había empatado tanto la contienda, que no les iba a sorprender la derrota. Los especialistas calculaban que para el mediodía del 2 de julio, López Obrador tendría una cómoda ventaja de cuatro puntos hacia las tres de la tarde y se alzaría con la victoria. No fue así.

El día arrancó con una ventaja de López Obrador de dos puntos sobre el panista, pero gradualmente se fue reduciendo. El recuento de votos este jueves fue similar. Sólo hasta el mediodía, con el recuento fluyendo del norte y el centro del país, confirmado por Puebla en la madrugada del 6, Calderón tomó la ventaja. El PRD ya había agotado toda su maquinaria cuando esa región se tiñó de azul. En toda esa zona, profundamente antilopezobradorista, salieron a las urnas con rabia, generando otro fenómeno colateral de la contienda de 2006, votando no por Calderón, sino contra el perredista. ¿Qué tanto fue ese ánimo el que decidió la elección? Mucho, junto con la debacle del PRI. Habrá que estudiar más el proceso, pero eso parece que ayudó a Calderón como, de haber ganado, hubiera sido también el caso de López Obrador.

lunes, julio 03, 2006

Verano

Crisis política

Quien piense que la elección presidencial terminó en las urnas se equivoca; la guerra política apenas comienza

A l final del día, la lucha había dejado un saldo inconcluso. El combate cuerpo a cuerpo por los votos en las calles de este país no terminó con la decisión del IFE de aplazar para el miércoles el comienzo del fin de la reñida y violenta contienda presidencial. De hecho, se podría decir que la verdadera guerra se inició después del cierre de casillas con la determinación del PRD y del PRI de no permitir que el abanderado del PAN, Felipe Calderón, quien aventajaba esta madrugada a Andrés Manuel López Obrador por escaso medio millón de votos y la mitad del recuento por delante, llegue a sentarse en la silla.

Desde anoche había una decisión que se podrá ir consolidando en el transcurso de los siguientes días: la elección presidencial dejó de ser un asunto de urnas y pasó a convertirse en un tema en el ámbito político. Estrategas de los partidos de oposición discutían anoche posibles estrategias a seguir para encaminar la defensa del voto, que piensan les robaron, fuera del circuito del IFE y encarrilarlo en una negociación de alto nivel, con compromisos firmados, con el partido gobernante y con Calderón. De hecho, la movilización del PRD en el zócalo de la ciudad de México y la proclamación de López Obrador de ir ganando la carrera presidencial, pese a los datos del PREP del IFE, están enmarcados en esa lógica.

El escenario no podía ser el peor. El consejero presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, salió en cadena nacional para decir que su conteo rápido de más de 7 mil casillas, era insuficiente, estadísticamente hablando, para poder identificar una tendencia ganadora en la elección presidencial. Calderón salió a la televisión después de Ugalde -y López Obrador- para proclamarse también como ganador y dar a conocer una batería de encuestas de salida que lo colocaban por encima del perredista. Ante los ojos de estrategas de la oposición, Calderón buscaba apuntalar al IFE para que sea el árbitro electoral el que decida quién ganó la elección presidencial, y que no pase del domingo próximo, la fecha límite para el órgano electoral, para que este país tenga el nombre de su nuevo presidente.

No hay nada claro sobre lo que pueda suceder. El PRD entrará en una lógica de movilización callejera, pero el PRI, que tenía preparada una estrategia jurídica en este escenario, empezará a construir las condiciones de lucha política. El líder nacional del partido, Mariano Palacios Alcocer, esbozó ayer mismo las líneas que seguirán: no hay empate entre dos, sino entre tres; el PRI no está descartado, sino que la elección está indeterminada; la lucha no terminó, sino comenzó. El PRI está dispuesto a llegar al final del camino, que significa inclusive reventar la elección presidencial. ¿Por qué no hacerlo? Convertido en la tercera fuerza política nacional, no sólo se alejarían del poder supremo por otros seis años, sino que verían reducidos sus espacios legislativos en forma significativa, con lo cual sus figuras emergentes, como son los gobernadores nacidos después de los 50 y 60, podrían ver achatadas sus posibilidades futuras.

Lo interesante es que el PRD no parece encontrarse en carreta diferente. También López Obrador y los perredistas están dispuestos a llegar a las últimas consecuencias. ¿Qué significa esto? Lo que ya se planteó: en las condiciones actuales, de acuerdo a como perciben que se dio la elección presidencial, no serán ellos quienes legitimen un eventual triunfo de Calderón. En ambos casos, y es uno de los puntos que discutirán representantes de los dos partidos en reuniones secretas que comenzaron anoche, para que reconocieran el triunfo de Calderón necesitarían un compromiso de gobierno de coalición que vaya más allá de lo retórico. Tendría que suscribir un documento formal con los partidos de oposición donde aceptaría integrar realmente un gobierno de coalición, lo que lo obligaría a compartir el poder con la oposición.

Pero no están claras varias cosas. La primera es cómo tensar la liga de la gobernabilidad sin romperla, y llegar hasta el punto en que están dispuestos a soltarlas a cambio de un gobierno real y formal de coalición con el PRI. La segunda es si Calderón, el PAN y el presidente Vicente Fox estarían dispuestos a aceptar ese tipo de condiciones para que le levanten la mano como nuevo mandatario. En cualquier caso, lo que se avecina, por los preparativos que se están haciendo, es una tormenta.

El factor que la hace más delicada aún es lo que sucederá en las próximas 72 horas. En primer lugar, ¿cómo podrá Madrazo fortalecer su posición? Si puede identificar a los gobernadores que le fallaron, también puede ahora presionarlos. Como dijo anoche un especialista, el costo de las actas electorales en las zonas rurales y más alejadas, donde el PRI cuenta con estructura, puede comenzar a cotizarse en valores sumamente altos. Si Madrazo ganó tiempo con la declaración de Palacios Alcocer insinuando una batalla en tribunales, ese tiempo puede concretarse con casillas rellenadas con votos verdes para el PRI. Pero para hacerlo, Madrazo necesita elevar los costos políticos para quien le falle en el país, una situación que introducirá nuevos factores de inestabilidad a la movilización urbana que tiene el PRD en movimiento como arma de presión para que respeten su voto-su victoria, en palabras de López Obrador.

Ambos elementos trasladarán las elecciones mexicanas al mercado de los inversionistas extranjeros. Es buena suerte que por ser 4 de julio este martes, haya un puente en Estados Unidos y los mercados estén cerrados. Esto no significa, empero, que otros mercados en Europa y Asia no empiecen a reaccionar ante este escenario de caos político que se empezó a configurar la noche del 2 de julio. Reportes extraoficiales entre grupos de inversionistas sugieren que desde anoche se giraron instrucciones de vender y tomar posiciones en líquido, lo que de confirmarse en las próximas horas se empezaría a notar en la Bolsa de Valores y, en forma más gradual, en el tipo de cambio. No es una buena forma de cerrar la jornada electoral más importante que ha tenido el país.

Algo profundo está moviéndose en la clase política mexicana, pero nada de ello es positivo para los mexicanos. La guerra en ciernes está llevando al PRI y al PRD a edificar trincheras comunes y a pretender llevar los comicios hasta los tribunales, salvo que se pueda dar la negociación. Felipe Calderón, el PAN y el gobierno harán su defensa y buscarán, probablemente, aislarlos a través de la propaganda negativa.

Si no se alcanzan rápidamente acuerdos políticos de fondo entre los tres partidos, la incertidumbre tocará la inestabilidad y ésta, en su conjunto, afectará la gobernabilidad, la imagen y, como consecuencia directa, el futuro de millones de mexicanos que, realmente, no merecen ese final amargo de su fiesta cívica.