Quién grabó cuando menos 12 conversaciones telefónicas salidas del teléfono del empresario Kamel Nacif, vinculado estrechamente a un prófugo de la justicia acusado de pedofilia y pornografía infantil? ¿Quién tiene la capacidad tecnológica para colgarse a un teléfono encriptado y entregar esas grabaciones para su uso periodístico con el talento de un experto en demolición de rascacielos? El PRI, que resulta electoralmente herido al quedar expuesto el gobernador priísta al escarnio popular y sometido a la dura crítica por esbozos de manipulación en la procuración de justicia, le reclama agriamente al gobierno federal. Pero el gobierno del presidente Vicente Fox no sabe quién grabó las conversaciones. ¿Quién fue?
El gobierno federal, ciertamente, tiene la capacidad en el Cisen, en la PGR o entre los militares, cuando menos, para decodificar el encriptado de una grabación telefónica. Pero la especie se derrumba porque el caso que finalmente queda expuesto es un bumerán. Nacif es un empresario que estuvo en varios actos con el presidente Fox, además de que, de acuerdo con ex abogados de su cercano, el prófugo Jean Succar Kuri, contribuyó a la fundación Vamos México. El retorno negativo se iba a dar, como sucedió, en la figura del vocal ejecutivo del Consejo Nacional de Seguridad, Miguel Ángel Yunes, quien lleva tres años documentando que él no está vinculado al caso contra Succar Kuri. Afectado se encuentra también el gobernador de Chiapas, Pablo Salazar, quien aparece en una de las grabaciones con Nacif, que ha construido maquiladoras en aquel estado, es absolutamente irrelevante para efectos de demostración de justicia discrecional o golpeteo al PRI.
En el PRI, asimismo, tienen la experiencia y capacidad para hacerlo. Podría haber sido un trabajo interno, pues varios grupos han operado el mundo de los trabajos sucios. Uno de ellos es el ex gobernador del estado de México, Arturo Montiel, cuyo equipo operaba un sistema de espionaje estatal. Sin embargo, Montiel no podría haber apostado por un mayor descrédito del PRI porque es el mismo PRI en quien está sustentando su defensa para no ir a la cárcel. Otro de ellos es el ex gobernador de Veracruz, Miguel Alemán, que tiene el dinero para hacerlo y viejos temores en contra de Yunes y el candidato del PRI a la Presidencia, Roberto Madrazo. Alemán fue quien inició la campaña contra Yunes para vincularlo al caso Succar Kuri. Uno de ellos es que quien ha golpeado sistemáticamente a Yunes en Veracruz, no sólo tiene una pésima reputación sino está estrechamente relacionado con un muy allegado a Alemán. Además, al estar cerca del actual gobernador veracruzano, Fidel Herrera -otro enemigo y denostador de Yunes-, y éste de Madrazo, parecería un suicidio de cara a la contienda presidencial.
Otros organismos que están siguiendo a Nacif son las agencias estadounidenses DEA y FBI, tanto porque sospechan de lavado de dinero del empresario poblano que después de una quiebra que lo obligó a despedir a casi 25 mil de sus trabajadores, se recuperó onomatopéyicamente en unos cuantos años, como por la ayuda que le sigue dando a su amigo Succar Kuri, quien se encuentra preso en Arizona. Pero ni la DEA ni el FBI, que sí suelen plantar informaciones explosivas, tendrían razones claras para dar a conocer una investigación en curso. Más bien, cuando han llegado a filtrar información es sobre hechos consumados y con el propósito de modificar una decisión política. Pero además, ¿qué ganan golpeando a Fox, al gobierno, al PRI y a un gobernador que se ha distanciado del PRD que originalmente lo cobijó? Una acción de esa naturaleza es altamente incomprensible con la información de que se dispone actualmente.
Los ganadores indiscutibles de este episodio son el PRD y su candidato a la Presidencia Andrés Manuel López Obrador, pues todos sus adversarios políticos y de cara a la elección de julio han resultado dañados. Sin embargo, aunque López Obrador sí tiene a algunas mentes sofisticadas que saben para qué sirve la información, no se conoce que tengan los recursos tecnológicos para llevar a cabo una operación de espionaje telefónico de tal envergadura. El PRD y López Obrador, como autores intelectuales y materiales, habría que descartarlos. Son ganadores por comisión, por lo cual, precisamente, se levantan las cejas entre algunas de las mentes estrategas del PRI y del gobierno federal. ¿Quién realizó el espionaje telefónico de Nacif y entregó las cintas a la prensa? Según la línea de pensamiento en la que confluyen enemigos prácticos y políticos, la autoría intelectual y material podría encontrarse en los experimentados servicios de inteligencia cubanos que, tras la ruptura del statu quo que tuvieron por años con el gobierno mexicano, han estado realizando operaciones de inteligencia en este territorio.
En más de una ocasión las relaciones con La Habana han estado en el umbral de romperse, y los cubanos han intensificado sus operaciones en México, aprovechando políticos y periodistas afines que les han dado cobertura y apoyo mediático. El episodio del hotel María Isabel Sheraton es considerado en algunos círculos del gobierno mexicano como una provocación en la cual cayeron ingenuamente. En la Secretaría de Relaciones Exteriores han notado también una creciente rispidez que va aparejada al voto en Naciones Unidas sobre los derechos humanos en Cuba. En este nuevo escándalo se están viendo las manos de La Habana, aunque todavía no se cuenta con pruebas o documentación de interferencia. Por lo pronto, se manejan hoy en día a nivel de escenarios e hipótesis, ante el resultado claro de quiénes y cuántos resultaron afectados por 12 grabaciones y quién salió enormemente beneficiado.
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