Buscando articulos sobre Dimarca encontre este interesante texto sobre la politica y el porno en Dinamarca que me gustaria compartir con ustedes:
Articulo de: Bibian Norai
El día que se cumplen 30 años de la muerte de Franco descubro en internet una noticia de lo más curiosa. No es ninguna manifestación de nostálgicos que desean que resucite el dictador para acabar, de una vez por todas, con el separatismo y el comunismo que invade nuestra gloriosa patria, ni el anuncio de la canonización de quien firmaba sentencias de muerte en El Pardo antes de salir a jugar al golf como si fuera un Severiano Ballesteros en miniatura. Es la revelación de que la candidata a la alcaldía de Copenhague por un partido de ultraderecha ha visto truncada su carrera política por culpa de una fotos, publicadas en la revista "Color Climax" en la década de los 70, en las que la ahora insigne y respetable política hacía películas y fotografías pornográficas.
Louise Frevert, nacida en Fredersikberg en 1953, se presentaba como candidata en las elecciones municipales danesas que se celebraron el pasado 15 de noviembre por el partido Dans Folkepartit, de ideología ultraderechista, y, en los mítines previos a los comicios, llegó a afirmar que la inmigración (la gran obsesión de las formaciones fachas en toda Europa) se arreglaba "con quimioterapia", en referencia al cáncer que para ella supone que la nórdica y blanca Dinamarca se llenara de negros, indios o árabes. La víspera de las elecciones, Copenhague apareció llena de fotografías de Frevert en las que la respetable candidata a alcaldesa chupaba sin rubor una gran polla y se dejaba penetrar por tan enorme verga. Hasta aquí todo correcto, que, al fin y al cabo, una de las ventajas de la democracia es que cada uno puede chupar o dejarse penetrar por la tranca del tamaño que prefiera. Pero hay una cuestión cromática que no puede pasar desapercibida para este diario. La polla que con tanto fragor degustaba la activista por la pureza étnica que pretendía ser alcaldesa de la capital escandinava y que hacía chorrear y dar palmas a su coño ario era de un tamaño descomunal y pertenecía a un actor de raza negra. Sí, la misma que propugnaba limpiar del estado del bienestar danés la salvapatrias que se atragantó con tanto rabo oscuro.Frevert restó importancia a la campaña de desprestigio que había empapelado las calles de la ciudad que aspiraba a presidir con un lacónico "fueron locuras de juventud". Pero las hemerotecas guardan sorpresas como esa. La "locura de juventud" del paladín de la raza danesa consistía no ya en haber follado en su juventud para que una cámara lo inmortalizara, en una época en la que Dinamarca era el paraíso del porno en Europa, sino en haberlo hecho con un "enemigo racial", un negro con el que, a juzgar por la cara que pone en las fotos, Frevert había disfrutado como una posesa.En España, la opinión pública corre un tupido velo cuando se trata de airear las veleidades sexuales de los políticos. Una decisión sabia, porque, en realidad, el ciudadano ha de valorar si un político es apto para ejercer un cargo público más allá de que su polla sea muy traviesa o su coño esté ávido de acoger en su seno algo más que un aburrido consolador nocturno. Hay y ha habido ministros puteros, diputados que se pierden por unos azotitos de humillación extrema y alcaldesas lesbianas, pero nadie ha publicado nunca esos secretos de alcoba que deben quedar en la intimidad. No estamos en América, donde un presidente se deja llevar por las habilidades succionadoras de una becaria y casi le cuesta el puesto. Pero, cuando las campañas políticas atacan la diferencia y proponen medidas para terminar con la integración de los seres humanos en armonía, es necesario que se publiquen todas las pollas grandes, negras y libres sobre la boca y el coño de quienes las propugnan para que, como en el caso de Frevert, una mamada arruine sus pretensiones de jugar al Holocausto.
Articulo de: Bibian Norai
El día que se cumplen 30 años de la muerte de Franco descubro en internet una noticia de lo más curiosa. No es ninguna manifestación de nostálgicos que desean que resucite el dictador para acabar, de una vez por todas, con el separatismo y el comunismo que invade nuestra gloriosa patria, ni el anuncio de la canonización de quien firmaba sentencias de muerte en El Pardo antes de salir a jugar al golf como si fuera un Severiano Ballesteros en miniatura. Es la revelación de que la candidata a la alcaldía de Copenhague por un partido de ultraderecha ha visto truncada su carrera política por culpa de una fotos, publicadas en la revista "Color Climax" en la década de los 70, en las que la ahora insigne y respetable política hacía películas y fotografías pornográficas.
Louise Frevert, nacida en Fredersikberg en 1953, se presentaba como candidata en las elecciones municipales danesas que se celebraron el pasado 15 de noviembre por el partido Dans Folkepartit, de ideología ultraderechista, y, en los mítines previos a los comicios, llegó a afirmar que la inmigración (la gran obsesión de las formaciones fachas en toda Europa) se arreglaba "con quimioterapia", en referencia al cáncer que para ella supone que la nórdica y blanca Dinamarca se llenara de negros, indios o árabes. La víspera de las elecciones, Copenhague apareció llena de fotografías de Frevert en las que la respetable candidata a alcaldesa chupaba sin rubor una gran polla y se dejaba penetrar por tan enorme verga. Hasta aquí todo correcto, que, al fin y al cabo, una de las ventajas de la democracia es que cada uno puede chupar o dejarse penetrar por la tranca del tamaño que prefiera. Pero hay una cuestión cromática que no puede pasar desapercibida para este diario. La polla que con tanto fragor degustaba la activista por la pureza étnica que pretendía ser alcaldesa de la capital escandinava y que hacía chorrear y dar palmas a su coño ario era de un tamaño descomunal y pertenecía a un actor de raza negra. Sí, la misma que propugnaba limpiar del estado del bienestar danés la salvapatrias que se atragantó con tanto rabo oscuro.Frevert restó importancia a la campaña de desprestigio que había empapelado las calles de la ciudad que aspiraba a presidir con un lacónico "fueron locuras de juventud". Pero las hemerotecas guardan sorpresas como esa. La "locura de juventud" del paladín de la raza danesa consistía no ya en haber follado en su juventud para que una cámara lo inmortalizara, en una época en la que Dinamarca era el paraíso del porno en Europa, sino en haberlo hecho con un "enemigo racial", un negro con el que, a juzgar por la cara que pone en las fotos, Frevert había disfrutado como una posesa.En España, la opinión pública corre un tupido velo cuando se trata de airear las veleidades sexuales de los políticos. Una decisión sabia, porque, en realidad, el ciudadano ha de valorar si un político es apto para ejercer un cargo público más allá de que su polla sea muy traviesa o su coño esté ávido de acoger en su seno algo más que un aburrido consolador nocturno. Hay y ha habido ministros puteros, diputados que se pierden por unos azotitos de humillación extrema y alcaldesas lesbianas, pero nadie ha publicado nunca esos secretos de alcoba que deben quedar en la intimidad. No estamos en América, donde un presidente se deja llevar por las habilidades succionadoras de una becaria y casi le cuesta el puesto. Pero, cuando las campañas políticas atacan la diferencia y proponen medidas para terminar con la integración de los seres humanos en armonía, es necesario que se publiquen todas las pollas grandes, negras y libres sobre la boca y el coño de quienes las propugnan para que, como en el caso de Frevert, una mamada arruine sus pretensiones de jugar al Holocausto.
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