Los impresentables

Comenzó como la más sangrienta y despiadada batalla de que se tenga memoria: Allien vs. Depredator; El Médico Asesino vs. El Cavernario Galindo; Hanibal Lecter vs. El Carnicero de Dusseldorf; Drácula vs. La Momia; Puk vs. Suk; Jack el Destripador vs. El Pelón Sobera de la Flor; El Nahual vs. El Chupacabras; El Guasón vs. Lex Luthor; El Perro del Mal vs. El Sabueso de los Baskerville; El Pingüino vs. El Duende Verde; Chucky vs. El Hijo de Chucky; Jasón vs. Kruger; El Monstruo de la Laguna Negra vs. La Víbora de la Mar; Michael Jackson vs. el Bebé de Rosemary; Godzilla vs. Mothra.
Para que todo terminara como una plática de amigos entre Pinocho y Pepe Grillo. Por ahora. Porque falta mucho aún para el fatídico 13 de noviembre en que Madrazo y Montiel concluyan su perruna disputa por la candidatura del PRI a la Presidencia. Por lo pronto, el primer round fue feroz. Madrazo hizo sentir la fuerza de su apellido y a punta de idems recurrió al descontón y tundió a Montiel hasta sacarlo del ring.
Lo trajeron de regreso las asistencias en camilla, con los calzoncillos abajo y pidiendo una pelea limpia por amor de Dios. Ya no, Robertito, ya no, por favor. Y es que fueron tres golpes bajos que nunca quiso ver el réferi: contra el propio Arturo Montiel; contra sus hijos y contra su esposa, ahora corredora de bienes raíces según el dicho de Madrazo. Y esas cosas duelen más todavía, porque se reclaman en casa y no se olvidan. Pero es que a ese nivel se está dilucidando la política en México.
Ahora hay que considerar el poder de las alcobas si se quieren explicar algunas de las tragicomedias de los tiempos recientes. Desde el "quiero ser presidenta" hasta el "tienes que ser presidente". Sumemos las ambiciones políticas desbordadas, los insaciables apetitos de dinero, la acumulación desmedida de riquezas malhabidas y la ausencia total de valores, rubores y pudores. La combinación es letal y destructiva: el señor Montiel está ya fuera de la contienda priísta por la candidatura a la Presidencia.
La exhibición inescrupulosa de su cadena de trácalas cumplió su objetivo. Nunca pudo argumentar ni siquiera una frase coherente para explicar el origen de una fortuna escandalosa de él y su familia: las mansiones ostentosas en Careyes, Las Brisas, Ixtapan de la Sal y Valle de Bravo, y la cada vez más larga lista de empresas de sus juniors, revelan no sólo el abuso inconmensurable del poder, sino la lastimosa mezquindad para sí mismo y para quienes lo rodean. Qué nos importa lo que digan de nosotros si ya tenemos todo. Arrastrar el apellido, esconder la cara y arrojar la honra por el inodoro ha valido la pena. Es la filosofía de vida de quien pretendía gobernar este país.
Sólo que Montiel no está muerto todavía. A sabiendas de que su vida pública está destruida y su vida privada marcada para siempre, prepara su venganza. Ya (Bajo Reserva) EL UNIVERSAL adelantaba que Montiel y los suyos acumulan expedientes y preparan la revancha contra Roberto Madrazo. A juntar parque entre las cañerías y las letrinas. Al cabo que falta un mes para la elección. Medios no han de faltar para exhibir al oponente: su fortuna personal; los dineros de sus campañas; los arreglos inconfesables, lo que sea nos ha de servir para arrojárselo. Aunque nos gane, no se irá limpio.
Por eso el daño ha sido gigantesco no sólo para Montiel, sino para el propio Madrazo, sobre quien pesa la sospecha de la filtración. Más aún porque perdió la oportunidad de contenerse cuando el rival estaba desmadejado e irse a una esquina neutral a esperar el fallo en su favor. No, Roberto quería sangre, se cebó, se fue sobre el caído, lo golpeó inmisericordemente y se exhibió como un peleador callejero, sucio y abusivo. Por ello en el PRI están prendidos los focos rojos. ¿Son éstas sus mejores cartas, sus mejores hombres para la Presidencia de la República? ¿De verdad no tienen a nadie mejorcito? ¿Es esto lo que nos presentan a la sociedad mexicana? ¿Es este el nuevo PRI? ¿Así quieren regresar a la Presidencia? Éstas y otras interrogantes han hecho crecer los rumores sobre la necesidad urgente de que el otrora partidazo presente una mejor opción frente al electorado. Ya se barajan varios nombres.
En cada vez más grupos internos crece la percepción de que, ni con un Montiel vapuleado ni con un Madrazo manchado por la sangre de su rival, pueden volver a Los Pinos.
Desde luego no será tan fácil. Ya el propio Madrazo se ha adelantado a señalar que no hay condiciones ni jurídicas ni políticas para un tercer candidato. Pero si sigue creciendo la sensación de derrota anticipada, la presión interna podría empujar y derribar esas barreras.
Y es que el PRI se juega el todo por el todo en el 2006. Las encuestas de los próximos días serán sin duda un gran catalizador en cualquier sentido.
Donde la preocupación también va en aumento es en el PAN. No sólo por su cuestionado proceso interno en el que la dirigencia hace malabares para tapar los boquetes de la deslegitimación que plantean los propios candidatos, sino por la certeza de una victoria de Felipe Calderón sobre el impresentable candidato en que se ha convertido Santiago Creel. La interrogante no es si Calderón alcanzará la puntuación suficiente para resolver la elección interna, cuando todas las señales apuntan a que habrá de lograrlo.
El problema es si la cúpula panista aceptará el resultado o intentará forzar una segunda vuelta en noviembre con la esperanza de un milagro imposible en favor de Creel. Las consecuencias pueden ser catastróficas para un partido que se equivocó de candidato empujado por las apetencias de la pareja presidencial. Que por cierto vive también una creciente pérdida de credibilidad por las andanzas cada vez más documentadas de enriquecimiento inexplicable y tráfico de influencias de los jóvenes Bribiesca Sahagún. Que, coman o no en casa los domingos, se han sumado ya a la lista de los impresentables. El costo político habrá de cargarse necesariamente al PAN y a sus aspiraciones para el 2006. Y Felipe Calderón lo sabe.